¿Existe en el PP un plan de destrucción de la sanidad pública?

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Por su interés reproducimos artículo publicado en mundiario.com el 11/02/2018

La dura realidad, resultado de su supuesta incompetencia, es que no hay suficientes pediatras para atender con eficacia a los niños gallegos. Análisis de la gestión sanitaria de Feijóo en Galicia.

Carlos Raya Licenciado en Sociología por la UNED.

Dicen que Satanás, cuando se aburre, mata moscas con el rabo. Imagino a Feijóo un domingo por la tarde apático y disoluto, casi ausente y sin mucha ni poca preocupación coger el teléfono y llamar a uno de sus colaboradores: Mariana, vamos a joder un poco más el Sergas, anda, que estoy desganao. De los cuentos a la verdad solo hay un grado de realidad, pero muchas veces sin saber en qué sentido.

Dicen que Satanás, cuando se aburre, mata moscas con el rabo. Imagino a Feijóo un domingo por la tarde apático y disoluto, casi ausente y sin mucha ni poca preocupación coger el teléfono y llamar a uno de sus colaboradores: Mariana, vamos a joder un poco más el Sergas, anda, que estoy desganao. De los cuentos a la verdad solo hay un grado de realidad, pero muchas veces sin saber en qué sentido.

Voy al tema que tiene tela que cortar: en el año 2012 Feijóo recortó la vida laboral de los médicos del Sergas, obligándolos a jubilarse cinco años antes de los que era la norma: se pasó de los 70 años a los 65 años. En su día los colegios médicos gallegos montaron en cólera por considerar que la  medicina se trata de una profesión en la que se tarda muchos años en formarse, por lo que es justo que su etapa laboral real tenga la misma extensión que otras profesiones y además, argumentan, los facultativos están en el mejor momento de su carrera, pues suman una larga experiencia a unas facultades físicas y mentales en perfecto estado. El enfrentamiento fue muy duro, pero Feijóo no dio su brazo a torcer. Como suele ocurrir con el PP: es lo que hay y punto. Al que no le guste que emigre.

¿Querría don Alberto que los mayores dejaran paso a los jóvenes recién salidos de la Universidad? Ojalá, pero no. De nuevo nos defrauda. Se trataba de que se jubilasen antes para no sustituirlos con lo que de forma silenciosa se conseguiría una reducción de médicos y por lo tanto de gastos en esa obsesión que tiene por reducir el tamaño del Estado. Ya saben, menos Estado significa más funciones para la empresa privada que trabaja en exclusiva para los que puedan pagarlo. Un artilugio maquiavélico más dentro del plan de destrucción de la Sanidad Pública llevada a cabo en la sombra por el PP.

En mayo de 2016 se abrió la posibilidad de que los facultativos del Servicio Galego de Saude se pudieran jubilar voluntariamente a los 67 años, pues agárrense: ahora quiere extender la vida laboral otra vez hasta los 68 años y plantean llegar de nuevo a los 70.

Ayer recortaron y ahora extiende. ¿Por qué? ¿Dónde han metido la pata? La justificación de la Xunta es la siguiente: teóricamente, alargando un año la vida laboral de los médicos, se solucionará el grave problema que enfrenta la Sanidad gallega consistente en la jubilación masiva en la próxima década de un tercio de los especialistas… Es decir, tenemos médicos con una edad media extremadamente avanzada que dirán adiós al trabajo en bloque.

Seguro que adivinamos quién es el culpable. Pues sí, es el mismo que prohibió convocar nuevas oposiciones mientras recortaba en cinco años la edad activa. ¿No previeron el monumental atasco? Si no lo vieron venir, ¿a qué esperan para dimitir? ¿Tan difícil era calcular el efecto desastroso de sus políticas ocultas de desmantelamiento del Estado? Si lo sabían y aún así tomaron la medida, ¿por qué no dimiten? ¿Planearon fríamente el colapso de la Sanidad? El caso es que si no dimite Rajoy con más de mil imputados por corrupción sobre sus espaldas, ¿por qué tendría que dimitir Feijóo por cargarse  la Sanidad gallega? En esa pendiente de indecencia nos ha metido el PP y hablar de dimitir por semejantes errores es más bien un chiste que una cuestión de decencia política.

Ahora tocan las prisas y convocan 100 plazas en 2017. ¡Vaya, cuántas! ¿Cien plazas para toda la comunidad autónoma? Parece de nuevo una broma pesada, pero no lo es, no quieren convocar más oposiciones y de la misma forma que usaron la edad de jubilación de los facultativos para reducir su número ahora la instrumentan de nuevo para lo mismo. Cada vez menos médicos, cada vez peor servicio y cada vez mayores riesgos para la población. La carencia más importante en este momento es de pediatras, denuncia el sindicato CIG. Y yo me pregunto, ¿hasta dónde llega la irresponsabilidad de Feijóo? ¿Se empeñará en no resolver el problema?

Si gobernara la izquierda la solución no sería hacer trabajar de  nuevo a los médicos hasta los setenta, pues esto no resuelve el problema, sino que difiere su solución. No hacer nada o elegir lo más barato no es gobernar sino pasar de todo. Digno discípulo del maestro Rajoy, el pasivo o el pasota, no sé qué es peor. Creo que si gobernara la izquierda o cualquier otro partido con sentido común, se tomaría la solución más efectiva y eficiente: convocar masivamente tantas plazas como bajas masivas se esperan. Se suponen 4.529 jubilaciones en los siguientes diez años, pues ya sabemos todos cuantas plazas debemos convocar. Como mínimo las mismas que jubilaciones. Problema solucionado. Pero lo sabemos todos menos Don Alberto, que también lo sabe pero hace como que no, pues prefiere instrumentar a los propios médicos del Estado para atacar de nuevo al Estado sin preocuparse, como vemos por segunda vez, el desastre que se avecina.

¿A qué espera para recular? ¿Esperará a que muera alguien como esperó a que ardieran nuestros bosques? En fin, la dura realidad, resultado de su supuesta incompetencia, es que no hay suficientes pediatras para atender con eficacia a los niños gallegos. ¿Quién está asumiendo el riesgo de salud que esto supone? ¿A quién responsabilizarán cuando muera el primer niño por falta de atención? ¿Señalarán a los médicos, cómo los señalaron los directivos del Sergas investigados por prevaricación y acusados por la Fiscalía de homicidio por el caso de los fármacos de la hepatitis C? Pues ya saben lo que les queda a los médicos y a los ciudadanos: esperar que el Diablo tenga otras cosas que hacer.

 

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