La UE pone coto a la sanidad concertada

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La Comisión Europea ha apercibido al Servicio de Salud del Principado (Sespa) para que modifique los términos de financiación de sus hospitales concertados, estableciendo más sistemas de control y, sobre todo, limitando sus posibilidades de beneficio

Europa pone coto a la sanidad concertada. La Comisión Europea ha apercibido al Servicio de Salud del Principado (Sespa) para que modifique los términos de financiación de sus hospitales concertados, estableciendo más sistemas de control y, sobre todo, limitando sus posibilidades de beneficio. Aunque los hospitales concertados son entidades sin ánimo de lucro, Europa obliga a las administraciones públicas, en este caso, al Sespa, a justificar cada euro que destina a estos centros. La obligación de fijar un techo de beneficio económico se mantiene a pesar de que la actividad que realiza la red concertada es la que le deriva el propio servicio público de salud. Es decir, a pesar de que los ‘beneficiarios’ de la atención que concierta sean pacientes remitidos desde la sanidad pública.

El Sespa mantiene actividad concertada con cuatro centros: Jove y Cruz Roja, en Gijón, y Hospital Avilés y Sanatorio Adaro, en las áreas avilesina y langreana, respectivamente. Los cuatro, adscritos a la red pública del Principado, recibirán este año una financiación pública de 63,2 millones de euros, 4,1 millones más que en 2015.

Los de Gijón, es decir, Jove y Cruz Roja, manejan un mayor volumen de dinero público. Se acercan a los 49,7 millones. A esta suma hay que agregar 2,1 millones para financiar la unidad de diálisis que Cruz Roja tiene en Oviedo. La red gijonesa es la más grande y también la más activa de la sanidad concertada. Jove realiza unas 4.900 operaciones anuales, además de sus consultas externas, unas 58.000 al año, mientras que Cruz Roja supera las 7.000 intervenciones. El hospital de la zona Oeste tiene una plantilla de 439 profesionales para la atención de un hospital con 225 camas, a las que hay que sumar, además, el servicio de radioterapia y la futura unidad de hemodiálisis.

Los cambios que ha tenido que arbitrar el Principado vienen derivados de una normativa aprobada por la Comisión Europea en diciembre de 2012. Es un compendio de normas dirigidas a la financiación de los llamados Servicios de Interés Económico General, los SIEG, en el que se integran la sanidad y la educación, entre otros. Según el texto de esa normativa, las ayudas directas que los Estados dan a entidades privadas (sean lucrativas o no) para el sostenimiento de servicios esenciales para la comunidad son conformes a Derecho Comunitario y no van contra el libre mercado siempre y cuando basen la financiación en el coste efectivo de los servicios. Es decir, la financiación que el Sespa transfiere a los concertados debe basarse en datos del coste efectivo (como ya advirtió en su informe la Sindicatura de Cuentas), incluyendo los costes de operación (actividad) y el de las inversiones, junto al beneficio razonable que se espera obtener.

 
Inversiones propias
 

Teniendo en cuenta que la legislación nacional establece un trato diferenciado a las entidades no lucrativas y que las inversiones de los centros sanitarios concertados no las cubre la sanidad pública (Jove y Cruz Roja financian con sus fondos los proyectos de ampliación e incorporación de nuevas prestaciones), el Sespa fijó el tope de beneficio anual para la concertada en el 5,5%. Por encima, los hospitales están obligados a devolver el dinero.

La cláusula de devolución fue incorporada en los contratos firmados en abril y se prevé mantener en ejercicios siguientes. La decisión europea fue comunicada a los centros en septiembre de 2015. La UE entiende que los hospitales y empresas encargadas de servicios sociales presentan aspectos específicos. «Debido al estado actual de desarrollo del mercado interior, los servicios sociales pueden requerir de un importe de ayuda superior al umbral establecido (10%) para compensar los costes de los servicios públicos», reconoce. Sin embargo, esa circunstancia «no entraña un riesgo mayor de falseamiento de la competencia», advierte.

Los quirófanos de los hospitales concertados son un importante balón de oxígeno para la sanidad asturiana, pues sacan adelante mucha lista de espera, trabajan a la par que centros públicos y se hacen cargo de un elevado número de enfermos del Sespa. El apercibimiento de la UE llega casi a la par del varapalo que la Sindicatura de Cuentas emitió contra el Sespa a cuenta de cómo venía operando financieramente con la red concertada. Dicho organismo auditó los presupuestos de 2013 y concluyó que la financiación no era todo lo transparente que debería.