Listas de contratación de FEAS, sin coacciones ¡ya!

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La ‘guerra sucia’ por las plazas de hospital, en primera persona

La historia profesional de Jerónimo Villamón es la de aprender a convivir con lo que él define como “la genética de jefe” o, para ser más concreto, “la casta hereditaria de los jefes de servicio”. Él, como presuntamente tantos otros médicos, es uno de los afectados por las coacciones en las plazas de los hospitales de la Comunidad Valenciana. Licenciado en 1995 y con más de 4.000 operaciones de columna en su currículum, este traumatólogo acaba de emprender el camino de la querella penal contra Emilio Baixauli, jefe de Traumatología del Hospital La Fe de Valencia.

“El 18 de mayo me tocó el regalo trampa”, afirma a LA REVISTA de Redacción Médica. Lo dice porque ese día le llegó un correo electrónico de la bolsa de trabajo con la noticia de una vacante en el servicio del citado hospital. “Llamé y me dijeron que el doctor Baixauli ya no estaba; que llamara al día siguiente entre las 8:05 y las 8:10 de la mañana”, explica. Y eso hizo. Telefoneó puntualmente, y al otro lado de la línea encontró al que iba a ser su responsable. “Me preguntó si era cirujano de columna, que es una dedicación no muy habitual, y cuando le dije que sí no me creía; cosa que puedo entender porque creo que no había visto mi currículum y podía pensar que lo estaba engordando”, afirma Villamón.

En cualquier caso, le emplazan a una cita el 20 de mayo, la cual define como “desagradable”: “Duró tres minutos”, matiza. “Llego y me dice que esa plaza ya no está disponible porque justo el jueves por la tarde ha reestructurado el servicio y ha puesto en ese lugar a otra persona”, cuenta el afectado. Sin embargo, lo peor llegó unos segundos después, cuando Baixauli decidió añadir que si elegía la plaza “no iba a ser una situación agradable para mí”. Villamón, tras esto, disponía de 24 horas para decidir si finalmente se quedaba la plaza. “Le llamé al día siguiente y le dije que la aceptaba”.

“Intenté explicarle que de él dependía que pudiéramos reconducir la situación, aunque ya me había advertido de lo que iba a pasar”, comenta. Tanto es así, que cuando llamó a Personal para confirmar que se quedaba con la plaza de La Fe, “no se lo creían”. “Me llegaron a preguntar: ¿estás seguro?”, recuerda. Aclarado todo, le emplazaron a que acudiera al centro con la documentación necesaria para hacer el contrato. “Ese mismo día, me vuelve a llamar Baixauli para decirme que finalmente va a retirar la oferta. Le dije que no le creía capaz de llegar a ese punto, pero lo hizo”, arguye este profesional.

El siguiente paso estaba claro: “Llamé a La Fe para solicitar una reunión con Recursos Humanos y con el gerente del centro, Mónica Almiñana. Además, me puse en contacto con mi abogado”. Sin embargo, aquella iniciativa parecía no tener demasiado efecto, por lo que Villamón decidió insistir: “El lunes 6 de junio rehíce la reclamación y la volví a poner”, añade. Curiosamente, al día siguiente, el 7 de junio, estallaba en la prensa el caso de la grabación de las coacciones de una médico a otra para que no aceptara una plaza de Anestesiología en el Hospital Clínico de la capital valenciana. “Me citan entonces para una reunión el día 13 a la que yo, por mi trabajo, no puedo asistir”, aclara.
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DESTAPE Y ‘EFECTO LLAMADA’

El pasado 7 de junio, la sanidad pública valenciana se despertaba con una grabación que daba testimonio de cómo funcionan presuntamente algunos servicios hospitalarios. En concreto, una médico coaccionaba a otra para que no aceptara una plaza de Anestesiología en el Clínico de Valencia. En apenas 72 horas, el Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana notificaba 9 denuncias más por prácticas similares, e incluso la prensa regional se hacía eco de una enfermera afectada por el mismo hecho. Un torrente de acusaciones que han hecho que la Fiscalía vaya a intervenir en el caso, más allá de las decisiones que pueda tomar tanto el Colegio de Médicos de Valencia como la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública. Esta última ya avisó hace meses de que se respetaran los criterios de la bolsa; además, ahora mismo se encuentra en plena negociación con los sindicatos del nuevo decreto que regulará estas prácticas, acabando quizá con una arbitrariedad petrificada por el tiempo y los abusos de poder. [/info] VER ARTÍCULO COMPLETO