QUERIDA EXPLOTACIÓN LABORAL: TE DEJO, NO CUENTES YA CONMIGO.

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Este es uno de los problemas de la Sanidad. La cantidad de incompetentes clínicos que se han visto, por mor del dedo caprichoso y bobalicón del político, convertidos en «dirigentes» al centrar su actividad en el peloteo, el politiqueo y en lamer traseros al no poder destacar profesionalmente por su incapacidad. Otra de las deleznables consecuencias de la politización de la Sanidad.

Una vez más, los médicos de la sanidad pública sienten que deben elegir entre trabajo y dignidad, entre aceptar los contratos en las condiciones en las que se le ofrecen o decir basta y renunciar.
Pero ninguna sociedad sensata se puede permitir el lujo de prescindir de sus trabajadores más cualificados. Ninguna sociedad sensata puede renunciar a su capital humano, a la inversión realizada en formación y experiencia.
Si permitimos que siga ocurriendo, si permitimos que se siga maltratando a nuestros profesionales, nuestra sanidad morirá
Aunque nos vendan las bondades de la medicina por internet, aunque nos vendan las bondades de la alta resolución, la medicina sin profesionales no es posible.
Un servicio de urgencias sin médicos, una consulta sin médicos?
Y cuantos menos son, más se les trata de exprimir…
No se solucionan las causas, se agrava el problema
Estamos abocados a la ruptura de nuestro sistema. Si queremos atraer a los mejores, si simplemente queremos que no se marchen, debemos hacer que no sientan que se les trata como esclavos.
Que nuestros políticos dejen de decir lo mucho que les importa la sanidad y empiecen a actuar como si les importara la sanidad
Que nuestros políticos dejen de decir que lo más importante es “el capital humano” y actúen como si de verdad lo creyesen.
Empezando por lo más sencillo: las condiciones de precariedad son muy dispares en las distintas comunidades: igualemos por arriba. Si es posible mejorar las condiciones en una comunidad ha de serlo en todo el estado. Adoptemos las mejores condiciones existentes, en materia de contratación, estabilidad, conciliación. Y sigamos mejorando a partir de ahí.
Para que nadie más quiera marcharse, para que los que se fueron quieran volver.
Porque la sostenibilidad del sistema requiere que haya un sistema que sostener.

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